Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Marcos 7:15
Un tema que enfrentó en diversas ocasiones a los fariseos con
Jesús fue la tradición.
Frotar unos cereales con la mano en sábado; comer sin purificar
sus manos; dedicar objetos al servicio de Dios para evitar que
otros puedan disfrutarlos; no tocar a un gentil ni comer con él…
Muchas y diversas eran las tradiciones que hacían la religión
farisaica difícil y dura de seguir.
A causa de sus tradiciones, eran guías ciegos (Mt. 23:16),
que cerraban al pueblo la entrada al Reino de los Cielos
(Mt. 23:13).
Lee Marcos 7:1-13 ¿Qué verdades relevantes son presentadas aquí?
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Lee Marcos 7:1-13 Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2 los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. 3 Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. 5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? 6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí.
7 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, 12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.
Ellos habían colocado las tradiciones humanas por encima de la Palabra de Dios, lo cual era pecado.
¿Podemos honrar a Dios de boca pero nuestro corazón podría estar lejos de Dios? Leer Isaías 29:13
Verdadero
Falso
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Isaías 29:13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
Al guardar las tradiciones y leyes humanas estamos pisoteando la ley de Dios - Leer Marcos 7:9
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Marcos 7:9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
¿Manos limpias o corazón limpio?
Leer Marcos 7:14 al 19 ¿Qué quiso Jesús con su aseveración en el versículo 15?
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Marcos 7:14 al 19 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.
La “carne santificada” (de un animal sacrificado), se volvía “inmunda” al ser
tocada por alguien ritualmente inmundo (Hageo 2:12-13).
En la tradición farisaica, esto se extrapolaba a cualquier alimento (permitido por
Levítico 11), y a cualquier persona, estuviese o no impura. La cuestión planteada
no tenía nada que ver con los alimentos que se podían o no comer, sino con la
manera en la que se comían (con las manos purificadas –lavadas– o sin purificar –
inmundas).
Por eso, si no te lavabas las manos de una
forma determinada, el alimento que comías era
impuro. Pero Jesús dejó claro que un alimento
limpio no se hace impuro por comerlo sin
realizar el rito tradicional (Mr. 7:18-19).
Importante:
Si embargo, lo que realmente contamina a la
persona es lo que tiene dentro. De nuestros
deseos y pensamientos surgen nuestros
pecados (Mr. 7:20-23).
¿Qué contamina a una persona, según Jesús? Leer Marcos 7:20-23
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Marcos 7:20-23 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
Podrías tener la teología correcta, pero ¿Quién posee completamente y en última instancia tu corazón?
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Salmos 139:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos:
La fe de la mujer sirofenicia - Marcos 7:24-30
24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.
La mujer sirofenicia tenía fe en Dios
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Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.
La mujer captó las pistas que Jesús dejaba en su mensaje, se aferró
a ellas por fe, ¡y le ganó a Jesús la discusión! (Mr. 7:28).
¿Qué dice Hebreos 11:6 acerca de la Fe?
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Hebreos 11:6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
Leer Marcos 7:31 al 37 ¿Qué hizo Jesús por la persona?
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Marcos 7:31 al 37 Jesús salió de Tiro y subió hasta Sidón antes de regresar al mar de Galilea y a la región de las Diez Ciudades.[a] 32 Le trajeron a un hombre sordo con un defecto del habla, y la gente le suplicó a Jesús que pusiera sus manos sobre el hombre para sanarlo.
33 Jesús lo llevó aparte de la multitud para poder estar a solas con él. Metió sus dedos en los oídos del hombre. Después escupió sobre sus propios dedos y tocó la lengua del hombre. 34 Mirando al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa «¡Ábranse!». 35 Al instante el hombre pudo oír perfectamente bien y se le desató la lengua, de modo que hablaba con total claridad.
36 Jesús le dijo a la multitud que no lo contaran a nadie, pero cuanto más les pedía que no lo hicieran, tanto más hacían correr la voz. 37 Quedaron completamente asombrados y decían una y otra vez: «Todo lo que él hace es maravilloso. Hasta hace oír a los sordos y da la capacidad de hablar al que no puede hacerlo».
Con sus acciones, Jesús le permitió a este hombre
ejercer fe en que Él podía sanarle. Como resultado,
muchos se maravillaron de Jesús (Mr. 7:35-37).
¿Qué desea Jesús de nosotros?
Jesús desea que tengamos nuestros oídos prestos
a escuchar sus mensajes, y también para escuchar
el clamor de aquellos que necesitan oír de
nosotros una palabra oportuna.
Lee Marcos 8:11 al 13 ¿Qué postura de los fariseos desilusionó profundamente a Jesús?
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Marcos 8:11 al 13 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. 12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. 13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.
Se negó a darles señal alguna. Nada podía convencer a los que no querían
ser convencidos. Decepcionado, dejó la región, embarcándose con sus
discípulos (Mr. 8:12-13).
Durante el trayecto, Jesús les habló de la “levadura de los fariseos”, es
decir las enseñanzas y tradiciones que permeaban la religión y la
corrompían (Mr. 8:15).
Para estudiar y meditar
“En todos los que están sometidos al adiestramiento de Dios debe revelarse
una vida que no está en armonía con el mundo, sus costumbres o prácticas; y
cada uno necesita tener una experiencia personal en la obtención de un conocimiento de la voluntad de Dios. Debemos oírlo individualmente hablarnos al
corazón. Cuando todas las demás voces son acalladas, y en la quietud esperamos
ante él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios. Nos invita: ‘Estad
quietos, y conoced que yo soy Dios’ (Sal. 46:10). Solo aquí puede encontrarse
verdadero reposo. Y esta es la preparación eficaz para todo trabajo por realizar
para Dios. En medio de la muchedumbre apresurada y la tensión de las intensas
actividades de la vida, el alma que es así refrigerada quedará rodeada de una
atmósfera de luz y de paz. La vida respirará fragancia, y revelará un poder divino
que alcanzará los corazones de los hombres” (DTG 331).