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Milagros alrededor del lago

“Pero Jesús no le permitió, sino que le dijo: ‘Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales las grandes cosas que el Señor ha hecho contigo y cómo tuvo compasión de ti’ ” (Mar. 5:19).




El ministerio de Jesús estuvo centrado mayormente en Galilea, especialmente en el lago, de aproximadamente 21 kilómetros de largo y 13 de ancho, y en sus alrededores. El lago de Galilea es el cuerpo de agua más grande de la zona y el centro de la vida de quienes habitaban cerca.


Marcos 4 termina con Jesús y sus discípulos cruzando el lago de Galilea. Se levanta entonces una tormenta que Jesús calma hablando al viento y a las olas. Marcos 6 termina con una escena similar, pero esta vez con Jesús caminando sobre el agua hacia sus discípulos, que estaban en el bote. Entre ambas escenas en el agua, hay numerosos milagros que Jesús hizo en tierra y la primera actividad misionera de sus discípulos. Esas historias son el tema de estudio de esta semana.


Lee Marcos 4:35 al 41. ¿Qué ocurre en esta historia y qué lecciones podemos aprender en ella acerca de quién es Jesús?




Tras un largo día de instrucción, los discípulos toman consigo a Jesús en el bote “como estaba” (vers. 36); es decir, muy cansado. Él se duerme inmediatamente sobre una superficie mullida que estaba tal vez en la popa del barco. Una gran tormenta se desata en el lago, y el bote corre peligro de naufragar cuando los discípulos despiertan a Jesús, quien drásticamente ordena al viento y a las olas que cesen. Una gran calma se apodera del lago. Es comprensible que los discípulos teman profundamente ante semejante manifestación de poder divino.


Lee Salmos 104:1 al 9. ¿Cómo se asemeja la descripción de Jehová aquí con la acción de Cristo de calmar la tormenta?




La historia registrada en Marcos 4:35 al 41 armoniza con un patrón común en la Biblia, el de una “teofanía”; es decir, la aparición de Dios o de uno de sus ángeles. Estos eventos tienen comúnmente cinco características:


1) la demostración de poder divino


2) temor humano


3) la exhortación “no temas”


4) las palabras de la revelación por la que Dios o el ángel aparecieron


5) la respuesta humana a la revelación.


El Poder Divino de Jesús


Cuatro de las cinco están presentes en esta historia: la acción de calmar la tormenta es la demostración de poder divino. El miedo de los discípulos es el componente correspondiente al temor humano. La pregunta “¿Por qué están así atemorizados?” es el “no temas”. La pregunta de los discípulos “¿quién es este?” es la respuesta humana. Lo que está faltando aquí son las palabras de revelación. Este detalle faltante juega un papel dentro del tema o motivo teológico revelación/secreto que recorre todo el libro, donde la verdad acerca de Jesús finalmente emergerá. La pregunta de los discípulos “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?” empuja al lector a responder, supliendo la revelación explícita faltante en la fórmula de la teofanía: él es el Hijo de Dios, el Señor mismo.


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Encuentra las siguientes preguntas: TORMENTA, CALMA, PODER, DIVINO, JESUS




Lee Marcos 5:1 al 20. ¿Qué podemos aprender acerca del Gran Conflicto y del poder de Jesús gracias a este asombroso relato?




Lee Marcos 5:21 al 24. ¿Qué características de Jairo se destacan en particular?




Los dirigentes religiosos como Jairo no eran típicamente amigos de Jesús (ver Mar. 1:22; 3:2, 6; Luc. 13:14). Por lo tanto, todo parece indicar que estaba desesperado. Esta desesperación se hace evidente al postrarse ante Jesús. Su ruego resulta comprensible para cualquier padre; su hija está agonizando. Pero tiene fe en que Jesús puede ayudarlo. Sin pronunciar una sola palabra, Jesús parte con el padre rumbo a su casa.


Lee Marcos 5:25 al 34. ¿Qué interrumpe la marcha hacia la casa de Jairo?




La mujer se acerca a Jesús desde atrás y toca su manto. Inmediatamente recupera la salud. Pero Jesús se detiene y pregunta: ¿Quién ha tocado mi ropa?”


La mujer, que había estado tan enferma, estaba de pronto recuperada. Pero temía que Jesús estuviera disgustado por lo que había ocurrido. Aquello fue un viaje vertiginoso para las emociones de ella. Pero Jesús quería sanar su alma, no solo su cuerpo.


Lee Marcos 6:1 al 6. ¿Por qué Jesús fue rechazado por la gente de su propio pueblo?




Lee Marcos 6:30 al 52. ¿Qué problema enfrentaron Jesús y los discípulos, y cómo fue resuelto?




Al atardecer, los discípulos recomiendan despedir a la multitud para que vayan a buscar comida, pero Jesús les dice que alimenten al gentío. El diálogo subsiguiente (Mar. 6:35-38) ilustra el hecho de que los discípulos están pensando en términos humanos acerca de cómo resolver el problema. Pero Jesús lo soluciona alimentando milagrosamente a la gran multitud con apenas cinco panes y dos peces.


Las características de esta historia encajan en el concepto popular del Mesías en la época de Jesús. La expectativa era que el Mesías liberaría a Israel de sus enemigos y traería justicia y paz. La presencia de un gran número de hombres en un ambiente desértico podría tener ciertos visos de revuelta militar (compara con Juan 6:14, 15; Hech. 21:38).


Esta noción se ve reforzada por la referencia a que Jesús vio a esas personas como “ovejas sin pastor”, una cita parcial de Números 27:17, donde Moisés pide a Dios que designe un líder como sucesor suyo para Israel. Esta fraseología acerca de un pastor para el pueblo de Dios aparece por doquier en el Antiguo Testamento, típicamente en referencia a la falta de un líder o rey para Israel (compara con 1 Rey. 22:17; 2 Crón. 18:16; Eze. 34:5, 6).


No obstante, Jesús no satisfizo sus falsas expectativas, sino que envió a sus discípulos aparte y despidió a la multitud. En lugar de liderar una rebelión contra Roma, ¿qué hizo entonces Jesús? Se retiró a una montaña para orar, no precisamente lo que la multitud esperaba.


En lugar de la opinión popular acerca del Mesías como un rey que libera a Israel, él viene a liberar a las personas de la esclavitud del pecado. Él es, en verdad, el Señor de la naturaleza. Pero no vino a gobernar, sino a dar su vida en rescate por muchos (Mar. 10:45).


Para estudiar y meditar


“En todos los que reciben la preparación divina debe revelarse una vida que no está en armonía con el mundo, sus costumbres o prácticas; y cada uno necesita tener una experiencia personal en la obtención de un conocimiento de la voluntad de Dios. Debemos oírlo individualmente hablarnos al corazón. Cuando todas las demás voces son acalladas, y en la quietud esperamos ante él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios. Nos invita: ‘Estad quietos, y conoced que yo soy Dios’ (Sal. 46:10). Solo aquí puede encontrarse verdadero reposo. Y esta es la preparación eficaz para todo trabajo por realizar para Dios. En medio de la muchedumbre apresurada y la tensión de las intensas actividades de la vida, el alma que es así refrigerada quedará rodeada de una atmósfera de luz y de paz. La vida respirará fragancia, y revelará un poder divino que alcanzará los corazones de los hombres” (DTG 336).



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