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Lecciones del pasado

Lo que hemos oído y entendido, que nuestros padres nos contaron. No las ocultaremos a sus hijos, contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor, su fortaleza y las maravillas que hizo. (Sal. 78:3, 4).




En numerosos salmos, la alabanza adopta la dinámica de narrar los poderosos actos de salvación del Señor. Estos salmos suelen llamarse “salmos de la historia de la salvación”, o “salmos históricos”. Algunos apelan al pueblo de Dios, al pedirle que aprenda de su historia; en particular, de sus errores y de los de sus antepasados. Ciertos salmos históricos contienen una nota predominante de himnos que destacan los maravillosos hechos de Dios en el pasado en favor de su pueblo y que fortalecen su confianza en el Señor, quien es capaz y fiel para librarlos de sus dificultades presentes.


El atractivo especial de los salmos históricos es que nos ayudan a ver nuestra vida como parte de la historia del pueblo de Dios y a reclamar ese pasado como propio. Como hemos sido adoptados en la familia del pueblo histórico de Dios por medio de Cristo (Rom. 8:15; 9:24-26; Gál. 4:6, 7), la herencia histórica del antiguo pueblo de Israel es, de hecho, el relato de nuestra ascendencia espiritual. Por lo tanto, podemos y debemos aprender de su pasado, que también es el nuestro. El objetivo final es comprender que cada generación del pueblo de Dios desempeña un papel pequeño pero significativo en el gran despliegue histórico de los propósitos soberanos de Dios en el Gran Conflicto.


La imbatible fidelidad del Señor


Lee Salmo 78. ¿Qué tres épocas históricas clave se destacan en este salmo?




Las reseñas del pasado de Israel ponen de relieve la fidelidad de Dios y la infidelidad de Israel. También deben enseñar a las generaciones venideras a no repetir los errores de sus antepasados, sino a confiar en Dios y permanecer fieles a su alianza.


¿Como se expreso la infidelidad de Israel? Leer Salmo 78:18, Salmo 78:41 y Salmo 78:56




Sin embargo, el salmista subraya la raíz de la infidelidad de Israel: olvidó lo que Dios había hecho por él, no confió en Dios, puso a Dios a prueba (Sal. 78:18, 41, 56) y se rebeló contra él; y no guardó su Ley, su Pacto ni sus testimonios (Sal. 78:10, 37, 56). Al subrayar estas formas concretas de deslealtad, el salmista da a entender que el rechazo de Israel en la historia se ha debido a un pecado esencial: la falta de confianza del pueblo en el Señor (Sal. 78:7, 8).


¿Debemos olvidarnos de las obras de Dios realizadas en el pasado? Leer Salmos 78:7


Antes de juzgar excesivamente a las generaciones pasadas, deberíamos pensar en nosotros mismos. ¿No somos también nosotros olvidadizos de las maravillas pasadas de Dios y negligentes con sus exigencias pactadas? El salmo no anima a la gente a confiar en sus propias obras. Al contrario, Salmo 78 muestra la futilidad de la voluntad humana, a menos que esté cimentada en el reconocimiento constante de la fidelidad de Dios y en la aceptación de su gracia.


Recordar la historia y alabar a Dios


Lee Salmo 105. ¿Qué acontecimientos históricos y sus lecciones se destacan en este salmo?




Complete el siguiente verso bíblico Salmos 105:5 "______________________ de las maravillas que él ha hecho"




¿Cómo deberíamos vernos nosotros, como adventistas, en esta enumeración de personas, desde Abraham en adelante? Leer Gálatas 3:29




La parábola de la viña del Señor


Lee Salmo 80. ¿Cómo se describe al pueblo de Dios en este salmo?




No obstante, Salmo 80 no reflexiona sobre las razones del juicio divino. Dadas las profundidades de la gracia de Dios, el salmista se muestra perplejo porque Dios oculta su presencia de su pueblo durante un tiempo tan prolongado. La tensión entre la ira y el juicio de Dios, por un lado, y la gracia y el perdón de Dios, por el otro, hace que el salmista tema que la ira divina prevalezca y consuma por completo al pueblo (Sal. 80:16).


¿A quien simboliza la Viña del Señor? Leer Isaías 5:1-7




Complete el siguiente verso bíblico de Jeremías 2:21 ": _______________________, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?




No obstante, Salmo 80 no reflexiona sobre las razones del juicio divino. Dadas las profundidades de la gracia de Dios, el salmista se muestra perplejo porque Dios oculta su presencia de su pueblo durante un tiempo tan prolongado. La tensión entre la ira y el juicio de Dios, por un lado, y la gracia y el perdón de Dios, por el otro, hace que el salmista tema que la ira divina prevalezca y consuma por completo al pueblo (Sal. 80:16).


¿Podemos tener esperanza en Dios? ¿Dios nos puede restaurar? Leer Salmo 80:3


Verdadero Verdadero

Falso Falso


La palabra hebrea para “restaurar” proviene de una palabra común que significa “volver”, y se utiliza una y otra vez en la Biblia cuando Dios llama a su pueblo, que se ha alejado, a volver a él. Está estrechamente vinculada a la idea de arrepentimiento, de alejarse del pecado y volver a Dios. “Y les daré un corazón para que conozcan que yo soy el Señor. Y serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo su corazón” (Jer. 24:7).


¿Te arrepientes de tus pecados y deseas volver a Dios? Leer Jeremías 24:7


Para estudiar y meditar


Los salmos históricos son un poderoso testimonio de la fidelidad de Dios hacia su pueblo. Cada acontecimiento de la historia del pueblo de Dios era un paso providencial hacia el cumplimiento final de la promesa divina del Salvador del mundo en la persona de Jesús de Nazaret. Incluso las pruebas, que a menudo dejaban perplejo al pueblo de Dios y lo hacían pensar que Dios lo había abandonado, estaban bajo el control soberano de Dios y formaban parte de su providencia, porque Dios es el Señor supremo de la historia. El salmista presenta hábilmente la verdad de que ni siquiera la deslealtad del pueblo puede impedir que Dios conserve la fe en él y cumpla sus promesas. Sin embargo, las personas y los grupos impenitentes fueron excluidos de las bendiciones del Pacto, y su infame final sirve como advertencia duradera de cómo la vida sin Dios, u opuesta a Dios, destruye a las personas.


Recordar: "No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada" EGW


La historia del pueblo de Dios demuestra que ninguna promesa que Dios haya hecho en su Palabra quedará sin cumplirse. Esto incluye tanto las promesas divinas de protección individual en la actualidad como las promesas futuras acerca de la segunda venida de Cristo, que establecerá el Reino de Dios de justicia y paz en la Tierra Nueva.



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