“La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra angular. Obra del Señor es esto, es una maravilla a nuestros ojos” (Sal. 118:22, 23).
Los salmos dan testimonio de la persona y el ministerio de Cristo. Casi todos los aspectos de su obra en el plan de salvación se ven en los salmos. De diversas maneras, la vida y la obra de Cristo están prefiguradas y predichas en ellos, a menudo con notable exactitud.
Los temas revelados en los salmos incluyen la divinidad de Cristo, su filiación divina, su obediencia, su celo por el Templo de Dios, su identidad como Buen Pastor, la traición, su sufrimiento, sus huesos que no fueron quebrados; su muerte, resurrección, ascensión, sacerdocio y realeza. Todo está allí, como se predijo muchos siglos antes de que Jesús viniera en carne y hueso.
Lee Salmos 23 ¿Cómo se describe en estos textos la relación entre el Señor y su pueblo?
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Salmos 23 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Salmos 28:9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad;
Y pastoréales y susténtales para siempre.
La imagen del Señor como Pastor y del pueblo de Dios como ovejas de su prado pone de relieve la guía y el cuidado sustentador de Dios para con su pueblo, así como su dependencia de Dios para satisfacer todas sus necesidades. La imagen transmite la noción de cercanía entre Dios y su pueblo, porque los pastores vivían con sus rebaños y cuidaban de cada oveja individualmente.
Lee Juan 10:11 al 15. ¿Qué dice Jesús de sí mismo como Buen Pastor?
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Juan 10:11 al 15 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
Hasta el día de hoy, los pastores de Medio Oriente pueden dividir sus rebaños que se han mezclado simplemente llamando a sus ovejas, que reconocen a su pastor y siguen su voz.
A veces, el rebaño de Dios sufre diversas aflicciones, que el pueblo entiende como señal del descontento y el abandono de Dios. Sin embargo, el Buen Pastor nunca abandona a sus ovejas descarriadas, sino que las busca para salvarlas. Esta es una poderosa imagen de la relación de Dios con su pueblo.
Lee Salmos 22 ¿Cómo trataron al Mesías aquellos a quienes él había venido a salvar?
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Salmos 22 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;
Y de noche, y no hay para mí reposo.
3 Pero tú eres santo,
Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
4 En ti esperaron nuestros padres;
Esperaron, y tú los libraste.
5 Clamaron a ti, y fueron librados;
Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
6 Mas yo soy gusano, y no hombre;
Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
7 Todos los que me ven me escarnecen;
Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
8 Se encomendó a Jehová; líbrele él;
Sálvele, puesto que en él se complacía.
9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer;
Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca;
Porque no hay quien ayude.
12 Me han rodeado muchos toros;
Fuertes toros de Basán me han cercado.
13 Abrieron sobre mí su boca
Como león rapaz y rugiente.
14 He sido derramado como aguas,
Y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera,
Derritiéndose en medio de mis entrañas.
15 Como un tiesto se secó mi vigor,
Y mi lengua se pegó a mi paladar,
Y me has puesto en el polvo de la muerte.
16 Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos y mis pies.
17 Contar puedo todos mis huesos;
Entre tanto, ellos me miran y me observan.
18 Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.
19 Mas tú, Jehová, no te alejes;
Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
20 Libra de la espada mi alma,
Del poder del perro mi vida.
21 Sálvame de la boca del león,
Y líbrame de los cuernos de los búfalos.
22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos;
En medio de la congregación te alabaré.
23 Los que teméis a Jehová, alabadle;
Glorificadle, descendencia toda de Jacob,
Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.
24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido,
Ni de él escondió su rostro;
Sino que cuando clamó a él, le oyó.
25 De ti será mi alabanza en la gran congregación;
Mis votos pagaré delante de los que le temen.
26 Comerán los humildes, y serán saciados;
Alabarán a Jehová los que le buscan;
Vivirá vuestro corazón para siempre.
27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra,
Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.
28 Porque de Jehová es el reino,
Y él regirá las naciones.
29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra;
Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo,
Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.
30 La posteridad le servirá;
Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.
31 Vendrán, y anunciarán su justicia;
A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.
Muchos salmos expresan los sentimientos agónicos de máximo desamparo del Mesías sufriente (por ejemplo, Sal. 42; 88; 102). Salmo 22 es una profecía mesiánica directa, porque muchos detalles de este salmo no se pueden relacionar históricamente con el rey David, sino que encajan perfectamente con las circunstancias de la muerte de Cristo. Jesús oró con las palabras de Salmo 22:1 en la cruz (Mat. 27:46).
Jesús, en la Cruz, pagó en sí mismo la pena por cada pecado que tú hayas cometido. ¿Cómo debería influir sobre tu vida actual el hecho de que él sufriera en tu nombre? Es decir, ¿por qué el pecado te debería parecer tan aborrecible?
Complete el versículo Salmos 118:22: La piedra que desecharon los edificadores _______________________________________
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Salmos 118:22 La piedra que desecharon los edificadores
Ha venido a ser cabeza del ángulo.
Colosenses 1:16 y 20 al 22
16) Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
20) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21) Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
22) en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
¿Dios creo todas las cosas visibles en invisibles del universo y de la existencia? Leer Colosenses 1:16
Verdadero
Falso
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Colosenses 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Somos reconciliados con Dios por medio de la sangre que derramo Jesús en el calvario
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Colosenses 1:20-22 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
Lee Salmos 2. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca de Cristo como Rey?
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Salmos 2 ¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
2 Se levantarán los reyes de la tierra,
Y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
3 Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
5 Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.
6 Pero yo he puesto mi rey
Sobre Sion, mi santo monte.
7 Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;
Yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones,
Y como posesión tuya los confines de la tierra.
9 Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra.
11 Servid a Jehová con temor,
Y alegraos con temblor.
12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;
Pues se inflama de pronto su ira.
Bienaventurados todos los que en él confían.
La descripción de Dios como Padre del Mesías apunta a la coronación del rey cuando este fue adoptado en el Pacto de Dios (Sal. 2:7; 89:26-28). Salmo 2:7 prevé la resurrección y la exaltación de Cristo como el amanecer del nuevo Pacto eterno y del sacerdocio real de Cristo (Hech. 13:33-39; Heb. 1:5; 5:5). El Mesías se sienta a la diestra de Dios como alguien que posee honor y autoridad sin precedentes (Sal. 110:1; Hech. 7:55, 56). “Además, la interacción entre el Señor y el ‘ungido’ (Mesías) sugiere incluso una intención de identificar a este Mesías davídico con el Señor mismo. […] Si el que está sentado a la diestra es el Señor, entonces, el Señor es el Mesías, ya que este último también es visto a la diestra [ver Salmo 110:1, 5]” (Jacques Doukhan, On the Way to Emmaus [Clarksville, MD: Lederer Books, 2012], pp. 26, 27).
Sopa de Letras
Encuentre 3 características de Jesús: PASTOR, REY y SACERDOTE
Según el orden de Melquisedec. Salmo 110:4 - 7
4) Juró Jehová, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre
Según el orden de Melquisedec.
5) El Señor está a tu diestra;
Quebrantará a los reyes en el día de su ira.
6) Juzgará entre las naciones,
Las llenará de cadáveres;
Quebrantará las cabezas en muchas tierras.
7) Del arroyo beberá en el camino,
Por lo cual levantará la cabeza
¿Quién ejerce el sacerdocio celestial? Salmos 110:4-7
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Salmos 110:4-7 Juró Jehová, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre
Según el orden de Melquisedec.
5 El Señor está a tu diestra;
Quebrantará a los reyes en el día de su ira.
6 Juzgará entre las naciones,
Las llenará de cadáveres;
Quebrantará las cabezas en muchas tierras.
7 Del arroyo beberá en el camino,
Por lo cual levantará la cabeza.
Dios dota al Mesías de una realeza eterna (Sal. 110:1-3) y de un sacerdocio de rango superior, el orden de Melquisedec (Sal. 110:4-7). El Señor sella su palabra con una promesa solemne (Heb. 6:18). El juramento de Dios de no cejar en su empeño de darnos un Sacerdote perfecto es una señal de su gracia. Los pecados y las rebeliones abiertas de la gente hacen que Dios abandone constantemente a su pueblo, pero el juramento de Dios es inmutable y garantiza la gracia de Dios al revocar su juicio sobre el pueblo arrepentido (Éxo. 32:14; Sal. 106:45).
Para estudiar y meditar
“Por medio de su humanidad, Cristo tocó a la humanidad; por medio de su divinidad se aferró del Trono de Dios. Como Hijo del hombre nos dio un ejemplo de obediencia; como Hijo de Dios nos imparte poder para obedecer. Fue Cristo quien habló a Moisés desde la zarza en el monte Horeb diciendo: ‘YO SOY EL QUE SOY. […] Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros’ (Éxo. 3:14). Tal era la garantía de la liberación de Israel. Asimismo, cuando vino ‘en semejanza de los hombres’, se declaró el YO SOY. El Niño de Belén, el manso y humilde Salvador, es Dios ‘manifestado en carne’ (1 Tim. 3:16). Y a nosotros nos dice: “YO SOY el buen pastor”. “YO SOY el pan vivo”. “YO SOY el camino, y la verdad, y la vida”. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Juan 10:11; 6:51; 14:6; Mat. 28:18). YO SOY la seguridad de toda promesa. YO SOY; no tengan miedo” (El Deseado de todas las gentes, p. 16).