“El Señor reina, se vistió de majestad. El Señor se vistió, se ciñó de fortaleza. Afirmó el mundo, y no se moverá” (Sal. 93:1).
Salmos sostiene inquebrantablemente la creencia fundamental en el reinado soberano de Dios. El Señor creó y sostiene todo lo que ha creado. Él es el Rey soberano sobre todo el mundo, y lo gobierna con justicia y rectitud. Sus leyes y sus estatutos son buenos y dan vida a quienes los cumplen. El Señor es un Juez justo que se asegura de que el mundo permanezca bien ordenado, y lo hace recompensando a los justos y castigando a los impíos; pero según sus tiempos, no los nuestros.
El Señor nos hizo
¿Cómo se describe a Dios en este salmo? Leer Salmos 8
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Salmos 8 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7 Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
8 Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
El Señor nos ama tanto que nos hizo un poco menor que los ángeles y nos corono de gloria y de honra. Leer Salmos 8:5
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Salmos 8:5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
Numerosos salmos llaman a todo lo que respira, a toda la tierra, al mar y a todo lo que hay en ella, a gritar de alegría ante el Señor.
La gloria de Dios se ve en la Creación, incluso en la Creación terrenal caída, y Salmos nos señala que únicamente Dios es digno de adoración.
Salmos 147:4 dice: "Él cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres" Si nuestro Dios llama a cada estrella por su nombre ¿Cuánto más crees que Dios se preocupa por ti?
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Salmos 147:4 dice: "Él cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres
El Señor reina
Estrechamente ligado (mejor dicho, inseparablemente ligado) al concepto del Señor como Creador está el concepto del Señor como Soberano, como Gobernante. La declaración “El Señor reina” se proclama solemnemente en Salmos 93:1, 96:10, 97:1 y 99:1, pero sus ecos se escuchan en todo el libro de Salmos.
El Señor está revestido de honor, majestad y fuerza (Sal. 93:1; 104:1). Está rodeado de nubes y tinieblas (Sal. 97:2), pero también se cubre “de luz como de un vestido” (Sal. 104:2). Estas metáforas exaltan el poder y el esplendor del Rey, y fueron cuidadosamente escogidas para expresar la grandeza única de Dios, que está más allá de la comprensión humana.
¿Quién es el Rey del Universo y de la tierra? Leer Salmos 97: 1-5
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Salmos 97: 1-5 Jehová reina; regocíjese la tierra,
Alégrense las muchas costas.
2 Nubes y oscuridad alrededor de él;
Justicia y juicio son el cimiento de su trono.
3 Fuego irá delante de él,
Y abrasará a sus enemigos alrededor.
4 Sus relámpagos alumbraron el mundo;
La tierra vio y se estremeció.
5 Los montes se derritieron como cera delante de Jehová,
Delante del Señor de toda la tierra.
El reinado del Señor se demuestra en sus obras de creación (Sal. 96:5), salvación (Sal. 98:2) y juicio (Sal. 96:10). El Señor establece su reinado sobre todo el mundo (Sal. 47:6-9). El Reino de Dios es un reino eterno, sin parangón en poder y majestad (Sal. 45:6; 93:1, 2; 103:19). El Reino del Señor se basa en la misericordia, la justicia y la rectitud, y aporta orden y estabilidad al mundo creado (Sal. 98:3; 99:4).
El reinado del Señor
El reinado del Señor es desafiado constantemente por los impíos, que niegan al Señor, se burlan de él y oprimen a su pueblo (Sal. 14:1; 74:3-22). Aunque se ve desafiado por la prosperidad de algunos impíos y turbado por la “indulgencia” de Dios, el salmista confía en el gobierno soberano de Dios y continúa deleitándose en la seguridad de los justos juicios de Dios (Sal. 68:21; 73:17-20).
¿Como hijos de Dios debemos aborrecer el mal? Leer Salmos 97:10
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Salmos 97:10 Los que amáis a Jehová, aborreced el mal;
Él guarda las almas de sus santos;
De mano de los impíos los libra.
¿Dios es un Rey Justo? Leer Salmos 97:6
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Salmos 97:6 Los cielos anunciaron su justicia,
Y todos los pueblos vieron su gloria.
Dios es el juez
Como Rey soberano, el Señor es también Legislador (Sal. 99:7) y Juez (Sal. 98:9; 97:2). Los impíos amenazan constantemente el orden justo que Dios estableció en el mundo, pero el Señor juzgará al mundo y pondrá fin al dominio del mal (Sal. 75:8-10; Sal. 96:13).
¿Quién es el Juez de la tierra y de quien es el verdadero juicio? Leer Salmos 75:7-10
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Salmos 75:7-10 Mas Dios es el juez;
A este humilla, y a aquel enaltece.
8 Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el vino está fermentado,
Lleno de mistura; y él derrama del mismo;
Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos de la tierra.
9 Pero yo siempre anunciaré
Y cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
10 Quebrantaré todo el poderío de los pecadores,
Pero el poder del justo será exaltado.
¿Por donde comienza el juicio de Dios? Leer 1 Pedro 4:17
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1 Pedro 4:17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
¿Debemos tener miedo del juicio? Leer Salmos 7:8-11
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Salmos 7:8-11 Jehová juzgará a los pueblos;
Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia,
Y conforme a mi integridad.
9 Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo;
Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.
10 Mi escudo está en Dios,
Que salva a los rectos de corazón.
11 Dios es juez justo,
Y Dios está airado contra el impío todos los días.
¿Podemos confiar en el amor de Dios y tener paz y seguridad de la salvación en el momento del Juicio? Leer Salmo 94:14
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Salmo 94:14 Porque no abandonará Jehová a su pueblo,
Ni desamparará su heredad,
Salmos 105:7-10 Él es Jehová nuestro Dios;
En toda la tierra están sus juicios.
8 Se acordó para siempre de su pacto;
De la palabra que mandó para mil generaciones,
9 La cual concertó con Abraham,
Y de su juramento a Isaac.
10 La estableció a Jacob por decreto,
A Israel por pacto sempiterno
La ley de Dios puede convertir el alma . Leer Salmo 19:7
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Salmo 19:7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo
Las personas que aman la Ley de Dios y la palabra de Dios pueden conseguir paz. Leer Salmos 119:165
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Salmos 119:165 Mucha paz tienen los que aman tu ley,
Y no hay para ellos tropiezo.
La supremacía del Señor en el mundo como Creador, Rey y Juez soberano tiene implicaciones teológicas para la fiabilidad de sus testimonios. Los testimonios (en hebreo edut, ‘decreto’, ‘ley’) se refieren al conjunto de leyes y ordenanzas con las que el Señor gobierna la vida religiosa y social de su pueblo (Éxo. 32:15). Son “muy firmes” (Sal. 93:5) y reflejan la estabilidad y permanencia del Trono de Dios y del mundo que el Soberano creó y sostiene (Sal. 93:1, 2). La palabra hebrea traducida como “firme” (de la que deriva la palabra española amén) transmite la noción de fiabilidad, fidelidad y firmeza (2 Sam. 7:16; 1 Crón. 17:23). Las leyes de Dios son inmutables e indestructibles.
Para estudiar y meditar
Mientras seguimos estudiando Salmos, es importante recordar que debemos leerlos a la luz del carácter de amor y gracia de Dios, y de su plan para salvar y restaurar el mundo. “Cuanto más estudiamos el carácter divino a la luz de la Cruz, más vemos la misericordia, la ternura y el perdón unidos a la equidad y la justicia, y más claramente discernimos las innumerables pruebas de un amor que es infinito y de una tierna piedad mucho mayor que la anhelante compasión de una madre por su hijo descarriado” (Elena de White, El camino a Cristo, p. 23). En Salmos, incluso cuando el pueblo se enfrenta al juicio de Dios por su rebelión sigue invocando a Dios, porque sabe que la ira de Dios es solo por un tiempo, pero su misericordia es eterna (Sal. 103:8).