Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:27
Todos conocemos el pasaje: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente” (Luc. 10:27,
NVI). No obstante, nuestro amor por Dios puede volverse superficial si decimos que lo amamos, pero no le somos obedientes. Amar a Dios requiere un compromiso total de nuestra parte: corazón, alma, cuerpo y mente, todos los días. Cualquiera puede decir que ama a Dios; sin embargo, llevarlo a la práctica requiere un esfuerzo consciente.
La gran pregunta
¿Qué preguntó este doctor de la Ley y por qué lo hizo? Lee Lucas 10:25
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Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Lucas 10:25
¿Jesús le respondió al maestro con otra pregunta? Lee Lucas 10:26
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Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Lucas 10:26
¿Qué es lo que debe hacer el intérprete de la ley para heredar la vida eterna? Lee Lucas 10:27-28
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Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Lucas 10:27-28
El método y la respuesta de Jesús
La Biblia nos dice que el doctor de la Ley había ido a poner a prueba a Jesús, pero Jesús sabía cuáles eran sus intenciones. En efecto, Dios conoce los anhelos y los deseos de nuestro corazón mejor que nosotros mismos. Y, por cierto, nosotros no conocemos el corazón ni los motivos de quienes nos interrogan, ¿verdad?
¿Qué hicieron las personas después que recibieron la palabra de Pablo y Silas? Lee Hechos 17:10-11
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Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:10-11
A veces queremos respuestas, pero no nos esforzamos por encontrarlas. Jesús dijo: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Luc. 10:26). Jesús señaló un aspecto muy importante del aprendizaje. En lugar de limitarnos a escuchar lo que otros tienen que decirnos, debemos leer las Escrituras (la Palabra de Dios) por nuestra cuenta.
¿Para qué sirven las escrituras, es decir la palabra de Dios la biblia? Lee 2 Timoteo 3:16
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Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. 2 Timoteo 3:16
Heredar la vida eterna
¿Cuál fue la respuesta del doctor de la Ley a su propia pregunta? Lee Lucas 10:27
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Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:27
¿Cuál fue la respuesta de Jesús? “Has respondido bien” (Luc. 10:28). Jesús lo desafió a hacer algo al respecto, diciéndole: “Haz eso, y vivirás” (Luc. 10:28).
¿Qué dice la biblia sobre la fe? Lee Santiago 2:17
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Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Santiago 2:17
¿Abraham fue justificado por la fe que tuvo cuando obedeció a Dios al ofrecer a Isaac sobre el altar? Lee Santiago 2:21-22
Verdadero
Falso
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¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Santiago 2:21-22
Amar a los demás como a uno mismo
“El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios en los Cielos y la Tierra, y debe ser el fundamento del carácter del cristiano. Solo esto puede hacerlo y mantenerlo estable. Solo esto puede habilitarlo para resistir la prueba y la tentación” (Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, p. 30).
Toda la ley de Dios se cumple en esta frase: ¿Amarás a tu prójimo como a ti mismo? Lee Gálatas 5:14
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Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Gálatas 5:14
Si alguno dice: "Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso" Lee 1 Juan 4:20
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Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 1 Juan 4:20
Según Pablo, “toda la ley se cumple en este solo precepto: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’” (Gál. 5:14). Para Pablo, el amor a Dios solo se puede ver en la práctica cuando ese amor se ejemplifica en la forma en que tratamos a los demás.
La historia del buen samaritano
¿En la historia del buen samaritano que hicieron el sacerdote y el Levita con el hombre herido? Lee Lucas 10:31-32
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Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo, un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Lucas 10:31-32
Es cierto que, a veces, los pastores, los ancianos y los miembros de iglesia no ayudan a quienes lo necesitan. A veces, las personas de otra fe pueden ser más amables con la gente de la comunidad que nosotros. Nosotros quizás hablamos de ser amables, pero tal vez haya otros que satisfagan las necesidades de las personas que nosotros no atendemos. Si nuestra fe tiene algún sentido, debemos tender la mano y ayudar a los necesitados.
¿Que hizo el buen samaritano a diferencia del sacerdote y el levita con el hombre herido? Lee Lucas 10:33-34
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Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Lucas 10:33-34
Jesús concluyó la historia del buen samaritano preguntando quién de los tres era realmente prójimo de la persona que necesitaba ayuda. “Así, la pregunta ‘¿Quién es mi prójimo?’ está para siempre contestada. Cristo demostró que nuestro prójimo no es meramente quien pertenece a la misma iglesia o fe que nosotros. No tiene que ver con cuestiones de raza, color o clase social. Nuestro prójimo es toda persona que necesita nuestra ayuda.
Para estudiar y meditar
Hay muchas personas hambrientas, necesitadas y maltratadas en nuestro mundo actual. Tú puedes hacer tu aporte, aunque parezca “pequeño”. No vamos a resolver todos los problemas del mundo antes de que Jesús vuelva; no hemos sido llamados a eso. Pero, hasta ese entonces, nuestro trabajo puede ser tan básico como ayudar a algún conocido que no tenga suficiente comida; o a un miembro de la iglesia que se enfrenta a la injusticia, incluso a la intolerancia, lo que continúa siendo un problema real en nuestro mundo actual.