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Motivación y preparación para la misión

Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Lucas 24:44




Pablo escribió a los filipenses: “Es verdad que algunos predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros lo hacen de buena voluntad. Estos lo anuncian por amor, sabiendo que estoy puesto para defensa del evangelio; otros anuncian a Cristo por rivalidad, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones. Pero ¿Qué importa? Lo importante es que, por pretexto o por verdad, Cristo sea anunciado; y esto me alegra y me seguirá alegrando” (Fil. 1:15-18).


🙏¡Qué palabras poderosas! No obstante, lo ideal es que nuestras motivaciones para predicar a Cristo, para la misión, para alcanzar a otros con las buenas nuevas, sean por amor y por verdad, y no por ambición egoísta, envidia ni contienda. 🤔¿Cuáles son, entonces, algunas de las motivaciones para predicar a Cristo, y cuáles son algunas de las formas en que podemos prepararnos para hacerlo?


Lee Lucas 24:1 al 12. ¿Cuál fue la respuesta de los que oyeron hablar del Cristo resucitado?




El domingo de mañana temprano, después de la muerte de Jesús, Lucas dice que varias mujeres fueron al sepulcro. Llevaban especias; así que, se entiende que hayan ido a ocuparse del cuerpo de Jesús una vez que el sábado terminara. Esperaban encontrar una tumba todavía sellada, pero se sorprendieron al ver que estaba vacía. Sin saber qué hacer, se asustaron cuando aparecieron dos hombres vestidos con ropas resplandecientes. Sin embargo, estos hombres tenían un mensaje para ellas. Les recordaron las palabras de Jesús y les dijeron que Jesús había resucitado, como lo había predicho. Eufóricas por la noticia, regresaron rápidamente a donde estaban los discípulos y muchos otros seguidores de Jesús, y les contaron lo que habían visto y oído, porque no podían contener la emoción. Es decir, estaban compartiendo con los demás lo que habían descubierto de Cristo.


¿Qué sintió Pedro al ver la tumba vacía? Leer Lucas 24:12




Lee Lucas 24:36 al 49. ¿Qué ocurrió aquí y por qué fue una experiencia tan crucial para los apóstoles?




Jesús no se limitó a mostrarles sus cicatrices y a comer pescado delante de ellos. En lugar de eso, los llevó a la Palabra y les mostró el fundamento profético de su obra y su ministerio. Es decir, por más intensa que fuera la experiencia que tuvieron con él, Jesús todavía quería que su fe se basara en la Palabra de Dios.


¿Jesús desea que entendamos las escrituras? Leer Lucas 24:45


Verdadero Verdadero

Falso Falso


Lee Hechos 1:12 al 26. ¿Qué hacían los discípulos, que ahora eran unos ciento veinte hombres y mujeres, mientras esperaban?




Mientras esperamos el derramamiento del Espíritu Santo para que nos ayude a completar la gran misión de Dios, debemos unirnos para animarnos mutuamente (Heb. 10:24, 25) y orar por el Espíritu Santo de Dios. Además, debemos alinearnos, personalmente y como iglesia, con la prioridad de Dios: la salvación de los perdidos.


¿Debemos estar ociosos y no hacer nada? Leer Hebreos 10:24-25


Verdadero Verdadero

Falso Falso


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Encuentra las siguientes palabras: MISION, ORAR, AYUNAR, PREDICAR




Lee Hechos 2:1 al 41. ¿Qué les sucedió a los discípulos al recibir al Espíritu Santo en Pentecostés?




Dones Espirituales


Los discípulos comenzaron a hablar en otras lenguas “según el Espíritu les concedía que hablasen” (Hech. 2:4). Lo crucial aquí es que Dios capacitó a cada persona para beneficio de los no creyentes. La bendición no era meramente para su propio bien. No era una bendición para hacerlos aptos para el Cielo o para que pudieran hacer negocios más fácilmente en un idioma extranjero. Se les concedió la bendición para cumplir la misión de Dios hacia los perdidos. Hoy, Dios llama a cada uno de sus seguidores a usar sus dones personales para el bien de su misión hacia los incrédulos. Se nos han dado dones: ¿qué mayor llamado a la misión que usar lo que se nos ha dado para alcanzar a otros?


El Poder del Espíritu Santo


Al trabajar juntos, en armonía con el Espíritu Santo y entre sí, estos seguidores de Jesús predicaron el arrepentimiento y el perdón de los pecados, ¡incluso para aquellos que podrían haber participado directamente en la crucifixión de Jesús! Ese es el poder del evangelio. Si ese mensaje no nos motiva a la misión, ¿qué nos motivará? Somos llamados a difundir el evangelio al mundo, un mundo pecador, caído y corrupto, con gente pecadora, caída y corrupta. Nuestro trabajo no es juzgar; nuestro trabajo es dar testimonio del poder salvador de Jesús.


Lee Hechos 2:41 al 47. ¿Qué tipo de retrato de la iglesia primitiva se presenta aquí?




Una función central de la iglesia cristiana primitiva era el discipulado. A medida que se añadían nuevos miembros, se los discipulaba de tres maneras. En primer lugar, se les seguía impartiendo la doctrina y la comunión de los apóstoles. Las palabras “doctrina” y “comunión” en este texto significan literalmente “enseñanza” y “camaradería”. La predicación de los apóstoles confrontaba creencias incorrectas y ofrecía nuevas explicaciones para lo que la gente vivía y experimentaba. Pero no les enseñaba cómo hacer realidad esa nueva verdad en su vida. La aplicación de la verdad a la vida personal se daba mediante el vínculo como parte del grupo. Los nuevos creyentes eran discipulados en forma cuidadosa y determinada mediante la enseñanza directa, como así también mediante la participación en la vida diaria de los demás creyentes; todo, bajo la supervisión y el liderazgo de los apóstoles, que eran espiritualmente maduros y bien fundados.


Es una predicación pobre la que dice a la gente qué hacer, pero no cómo hacerlo.


Aunque leamos libros prácticos o escuchemos sermones que expliquen cómo hacer las cosas, no hay nada mejor que ver a la gente en acción y luego imitarla. Pablo lo sabía, y ordenó a sus seguidores que lo imitaran a él, así como él había imitado a Jesús (1 Cor. 11:1). Cuando los demás puedan verte a ti y la realidad de tu experiencia con Cristo, eso los impactará a ellos también.


¿Aceptas este Desafío? Piensa en alguien en tu vida que desearías que fuera creyente. Ora cada día para que esa persona tenga una experiencia personal con Jesús.


¿Aceptas este Desafío? ¿A quién estás discipulando y conduciendo a una relación con Jesús? Busca maneras de guiar a esa persona a la comunión con otros creyentes.


Para estudiar y meditar


“No puede haber crecimiento o fructificación en la vida que se centra en el yo. Si has aceptado a Cristo como un Salvador personal, debes olvidarte de ti mismo y tratar de ayudar a otros. Habla del amor de Cristo, cuenta [a los demás acerca de su muerte abnegada en su favor]. […] A medida que recibas el Espíritu de Cristo –el Espíritu de amor desinteresado y trabajo por otros–, crecerás y darás frutos. […] Tu fe se incrementará, tus convicciones se profundizarán, tu amor se perfeccionará” (ibíd., p. 47)



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