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La misión de Dios en favor de nosotros: Segunda parte.

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; Mateo 28:19




La temática de Dios como un Dios misionero atraviesa toda la Escritura. Es el hilo conductor de la historia humana y demuestra el propósito de Dios para su Creación. Además, fusiona la revelación divina con un objetivo principal: la restauración de la imagen de Dios en sus hijos caídos (comparar con Col. 3:9, 10 y 1 Juan 3:2).


La misión de Dios también funciona como el marco en el que debemos ver y entender la Palabra de Dios para nosotros. Cuando leemos la Biblia, podemos identificar a un Dios que nos tiende la mano de manera intencional. A pesar de la separación causada por el pecado (Isa. 59:2), mediante su misión, Dios sigue restaurando la relación quebrada con la humanidad hasta el glorioso momento en que haga “nuevas todas las cosas” (Apoc. 21:5).


El Dios trino: El origen de la misión


¿Quién es el único camino a la salvación? Leer Juan 14:6




Lee Juan 20:21 y 22. La idea de que la misión tiene su origen en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ¿Cómo debería trazar nuestra misión?




El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo participan en la obra de salvar almas, pensar y creer en esto es muy confortante en obra misionera.


Hacer discípulos: El centro de la misión


Lee Mateo 28:16 al 20. ¿Qué elementos del discipulado puedes identificar en este pasaje?




Hacer discípulos es el objetivo primordial de la Gran Comisión y la tarea principal de la misión. Literalmente, en el idioma griego original, el comienzo de Mateo 28:19 dice: “Por lo tanto, habiendo ido, hagan discípulos”. El “por lo tanto” da a la comisión su fundamento en lo que se acaba de presentar (Mat. 28:18): el poder, la autoridad y la soberanía de Jesús; todos ellos, procedentes de la victoria alcanzada en su resurrección.


Es importante destacar que el único verbo de acción con fuerza imperativa en la Gran Comisión es “hacer discípulos”.


El evangelio eterno: El mensaje de la misión


Lee Apocalipsis 14:6 y 7. ¿Qué aspectos de la misión de Dios puedes identificar en el “evangelio eterno” presentado por el primero de los mensajes de los tres ángeles?




Jesús llevó una vida sin pecado y murió en la Cruz como sacrificio sustitutivo con el fin de cargar con la pena por nuestros pecados (Isa. 53:4, 5; 1 Ped. 3:18). Resucitó, regresó al Cielo, fue exaltado por el Padre, y hoy intercede por nosotros en el Santuario celestial (Apoc. 1:18; Hech. 2:33; Heb. 7:25). Pronto cumplirá su mayor promesa: regresar en majestad y gloria y, finalmente, después del Milenio, establecer el Reino de Dios en la Tierra (Juan 14:1-4; Hech. 1:11; Apoc. 21:1-4). Todas estas son realidades esenciales del evangelio eterno.


Es notable el hecho de que este mensaje sea eterno. Solo hay un evangelio que puede salvarnos. Continuará siendo el mismo hasta que la misión de Dios se haya cumplido plenamente. Nunca habrá otro evangelio. Las enseñanzas y las doctrinas engañosas van y vienen (Efe. 4:14), pero el mensaje de salvación, el evangelio eterno, es inmutable, y quienes crean en él y lo vivan en obediencia serán recompensados (ver Deut. 5:33; Rom. 2:6).


¿Por que es necesario andar en el camino de Dios? Leer Deuteronomio 5:33




¿Dios hará pagar a cada ser humano? Leer Romanos 2:6


Verdadero Verdadero

Falso Falso


¿Un verdadero discípulo debe negarse a si mismo por amor a Dios? Leer Lucas 9:23


Un verdadero discípulo debe vivir igual; sin crecimiento alguno. Leer 2 Corintios 5:17


Verdadero Verdadero

Falso Falso


El pueblo de Dios: Los canales de la misión


A lo largo de la historia, Dios siempre ha contado con personas que representaron fielmente su carácter y, en obediencia, siguieron sus propósitos. El pueblo de Dios son quienes han sido llamados y que han aceptado su invitación a ser partícipes de su gracia. Todos ellos han sido, y continúan siendo, instrumentos de Dios para el cumplimiento de su misión.


Lee Génesis 12:1 al 3; y Deuteronomio 7:6, 11 y 12. ¿Cuál era el propósito original de Dios para su pueblo en el Antiguo Testamento?




En el Nuevo Testamento, la misión de Dios continúa. El Señor y Salvador resucitado lanza ahora una nueva “estrategia misionera” (ver Mat. 28:18-20; Hech. 1:8), en la que los discípulos de Cristo, que constituyen la iglesia, salen a la misión por todo el mundo, en lugar de que, como ocurría con el antiguo Israel, el mundo fuera a ellos. La misión no se originó con la iglesia. Al contrario, la iglesia existe porque Dios todavía tiene una misión que cumplir y está utilizando a su iglesia para llevarla a cabo.


“La misión de la iglesia de Cristo consiste en salvar a los pecadores que perecen. Consiste en darles a conocer el amor de Dios hacia los hombres y ganarlos para Cristo por la eficacia de ese amor” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 420). ¡Qué privilegio y qué tremenda responsabilidad!


El mundo: La arena de la misión


Lee Apocalipsis 7:9 y 10. ¿Qué sugiere este pasaje acerca del alcance geográfico de la misión de Dios?




Zonas geográficas en la misión:


Primera zona: La misión comienza en casa, con la familia, con los vecinos, con los amigos. Este es el lugar supremo de nuestra misión.


Segunda zona: Nuestra misión implica también a los que, en cierto modo, están cerca, pero al mismo tiempo alejados de nosotros. En este grupo hay personas que quizás hablen el mismo idioma que nosotros, personas que tienen una cultura similar, pero que no viven ni comparten la misma realidad que nosotros.


Tercera zona: La misión de Dios nos llama a alcanzar a gente de todos los lugares, las naciones, los grupos de personas, las lenguas y las etnias. Este es nuestro último lugar de misión.


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Encuentra las 4 siguientes palabras: MISIÓN, ZONA, DISCIPULO, CRISTO




Desafío 1:


Ora todos los días de esta semana por la comunidad donde vives. Dios te ha colocado allí por una razón.


Desafío avanzado:


Investiga la demografía de tu zona (qué tipo de gente vive a tu alrededor): su trasfondo étnico y religioso; si hay ancianos, jóvenes, pobres, ricos, idiomas que se hablan, etc. Pide a Dios que te muestre cómo puedes ser un canal de su amor para ellos.


Para meditar:


“Desde todos los países está sonando el llamado macedónico: ‘Vengan a ayudarnos’. Dios ha abierto campos ante nosotros. Los seres celestiales han estado cooperando con los hombres. La Providencia va delante de nosotros, y el poder divino obra con el esfuerzo humano. Ciegos deben estar los ojos que no ven la obra del Señor, y sordos los oídos que no oyen el llamado del verdadero Pastor a sus ovejas. Algunos han oído el llamado de Dios y han respondido. Que todo corazón santificado responda ahora, procurando proclamar el mensaje vivificador. Si los hombres y las mujeres, con humildad y fidelidad, asumen la tarea que Dios les ha encomendado, el poder divino se revelará en la conversión de muchos a la verdad. Maravillosos serán los resultados de sus esfuerzos” (Elena de White, The Advent Review and Sabbath Herald, 14 de noviembre de 1912).



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