Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Apocalipsis 14:14-15
Dios siempre habló a su pueblo y le presentó las verdades pertinentes que
necesitaba oír en ese momento. Desde la advertencia sobre el diluvio (Gén.
6:7) hasta la primera venida de Jesús (Dan. 9:24-27), pasando por el Juicio
Preadvenimiento (Dan. 7:9, 10; 8:14) y los acontecimientos finales antes de la
segunda venida de Cristo (Apoc. 12-14), Dios nos ha hablado. En estos últimos
días de la historia de la humanidad, ha enviado un mensaje especial al mundo
y a su pueblo, destinado a satisfacer la necesidad del momento. Lo representa
mediante tres ángeles que vuelan por en medio del cielo llevando este mensaje
urgente del tiempo del fin a todo el mundo.
Decisiones eternas
Apocalipsis 14 es el mensaje final de misericordia de Jesús a un mundo
caído y rebelde, que por casi seis mil años ha estado impregnado de pecado
y maldad. Llegará el día en que cada ser humano del planeta Tierra tomará su
decisión final e irrevocable, ya sea a favor o en contra de Jesús. El mensaje del
Apocalipsis, acerca de la justicia de Cristo, que nos libra de la condenación del
pecado así como del control del pecado en nuestra vida, resonará una y otra vez
por toda la Tierra.
¿Qué promesa hizo
Jesús a sus discípulos con respecto a la difusión mundial del evangelio
justo antes de su venida? Lee Mateo 24:14
Leer versículo
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14
¿A quiénes se les predicara el evangelio eterno? Lee Apocalipsis 14:6
Leer versículo
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Apocalipsis 14:6
¿Dios nos advierte que al final de los tiempos debemos seguir santificándonos para el Señor? Lee Apocalipsis 22:11
Leer versículo
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. Apocalipsis 22:11
La venida del hijo del hombre
¿Según el texto bíblico quien vendrá sentado en una nube blanca? Lee Apocalipsis 14:14
Leer versículo
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Apocalipsis 14:14
Jesús usó el término “Hijo del hombre” para referirse a sí mismo 82 veces
en los evangelios. Era uno de sus títulos favoritos. Lo usó como una expresión
de cariño para identificarse con nosotros. Él es un Salvador que nos entiende,
padeció nuestras tentaciones y pasó por nuestras pruebas. Él es el “Hijo del
hombre”, que regresará para llevarnos a casa.
¿Cómo vendrá el hijo del hombre Jesucristo y que nos dará? Lee Mateo 16:27
Leer versículo
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Mateo 16:27
¿Es verdad que cuando el hijo del hombre regrese a la tierra apartara a los justos de los injustos, esto se conoce como el juicio final? Mateo 25:31-32
Verdadero
Falso
Leer versículo
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Mateo 25:31-32
El juicio celestial
Hechos 1:11 "Este mismo Jesús, que ha sido llevado de ustedes al cielo, volverá del mismo modo en que lo han visto ir al cielo”. Hay una verdad divina inserta en este pasaje que quizá no sea evidente. Este “mismo Jesús”, el “Hijo
del hombre”, el que caminó por las calles polvorientas de Nazaret, ministró en
las calles abarrotadas de Jerusalén, sanó a los enfermos en las aldeas de Israel y
predicó en las laderas cubiertas de hierba en Galilea, vendrá otra vez.
¿Es verdad que Dios juzgará cada persona de manera individual y de acuerdo con lo que está escrito de esa persona en los libros celestiales? Lee Daniel 7:9-10
Verdadero
Falso
Leer versículo
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Daniel 7:9-10
¿Quién intercede por nosotros en el juicio celestial y se le entrega el dominio eterno para gobernar? Lee Daniel 7:13-14
Leer versículo
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. Daniel 7:13-14
Se inicia el juicio, y los libros (los registros celestiales de nuestra vida) se
abren ante el Universo. En Daniel 7:13 y 14, el Hijo de hombre se acerca al Anciano
de días, el Padre, y recibe su Reino eterno. El juicio revela ante todo el Universo
que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han hecho todo lo posible para salvar
a toda la humanidad. Este juicio vindica no solo a los santos, sino al mismo
carácter de Dios contra las acusaciones falsas de Satanás (ver Job 1, 2; Sal. 51:1-4).
La corona del vencedor
Juan describe a Jesús como el “Hijo del hombre, con una corona de oro en su
cabeza, y en su mano una hoz aguda” (Apoc. 14:14). La palabra para “corona” es
stephanos; es la corona de un vencedor. Jesús una vez usó una corona de espinas, que simbolizaba la vergüenza y la
burla. Una vez fue despreciado y rechazado por los hombres. Fue vilipendiado,
ridiculizado, escupido, golpeado y azotado. Pero ahora lleva una corona de gloria
y viene otra vez, y ahora como Rey de reyes y Señor de señores.
¿Qué significa la expresión del versículo Apocalipsis 14:15: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado? Lee Apocalipsis 14:15
Leer versículo
Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Apocalipsis 14:15
¿Según la parábola del crecimiento de la semilla por qué el reino de Dios se compara al crecimiento de una semilla? Lee Marcos 4:26-29
Leer versículo
Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. Marcos 4:26-29
Cada semilla produce una cosecha
¿Qué significado tienen los textos del versículo de Apocalipsis 14:18-19? Lee Apocalipsis 14:18-19
Leer versículo
Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Apocalipsis 14:18-19
En Apocalipsis 14 hay dos cosechas. La cosecha de grano dorado representa a
los justos, y la cosecha de uvas sangrientas representa a los injustos, o perdidos.
Ambas cosechas están completamente maduras. Cada semilla sembrada está
completamente madura. Un Dios amoroso ha hecho
todo lo posible por nosotros, que incluía ofrecerse a sí mismo en la Cruz como
sacrificio por nuestro pecado. “Al que no tenía pecado, Dios lo hizo pecado por
nosotros, para que nosotros llegásemos a ser justicia de Dios en él”
¿El que adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca beberá de la copa de la ira de Dios? Lee Apocalipsis 14:9-10
Verdadero
Falso
Leer versículo
Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero. Apocalipsis 14:9-10
¿Qué más podría haber hecho Dios más allá de esa Cruz? No hay nada más
que la gracia pueda hacer para redimir a quienes han rechazado repetidamente
al Espíritu Santo.
Este es el urgente mensaje profético de Apocalipsis 14. Todas las semillas
han dado frutos. El grano está completamente maduro, y las uvas están completamente maduras. El pueblo de Dios revela su imagen de gracia, compasión,
misericordia y amor ante el Universo. Los hijos del maligno revelan codicia,
lujuria, celos y odio. El carácter de Jesús se revela en un grupo; y el carácter de
Satanás, en el otro.
Para estudiar y meditar
En forma sutil e imperceptible, casi inadvertida al principio, nuestro carácter
y nuestra personalidad cambian según las “semillas” que estamos sembrando en
nuestra mente. Siembra buenas semillas, y producirás buenos frutos. Siembra
las malas semillas de este mundo, y producirás el fruto de este mundo en tu
carácter. Si sembramos indiferencia hacia Dios y hacia los valores y las prioridades espirituales, cosechamos el fruto de la indiferencia: apatía, complacencia
espiritual y frustración en nuestra vida espiritual.
Por eso, quienes piensan:
Bueno, yo sé que un día vendrá la persecución final, la “marca de la bestia”, y así
sucesivamente, pero cuando llegue, entonces ordenaré mi vida, están eligiendo
un camino muy peligroso. Dios nos llama ahora, en este momento, a entregar
nuestra vida a él. Cuanto más tardes en responder al Espíritu Santo, el alma se
volverá cada vez más dura a los impulsos de Dios y más susceptible a caer en
las mentiras del maligno y a creer en ellas.