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💼"Guárdense de toda avaricia"

Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Lucas 12:15




La codicia se define como un deseo desmesurado de riquezas o posesiones que en realidad no nos pertenecen. La codicia es un gran problema, tanto que, por cierto, está al mismo nivel que no mentir, no robar, no asesinar; es tan dañina que Dios decidió advertir sobre ella en su gran Ley Moral. “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Éxo. 20:17).


¿El pecado original definitivo?


¿Qué codicio Satanás de Dios su creador? Isaías 14:12-14




Descontento con su posición, y a pesar de ser el ángel que recibía más honores entre las huestes celestiales, se aventuró a codiciar el homenaje que solo debe darse al Creador. En vez de procurar el ensalzamiento de Dios como supremo en el afecto y la lealtad de todos los seres creados, trató de obtener para sí mismo el servicio y la lealtad de ellos.


¿Según efesios 5:5 los avaros tendrán herencia en el reino de Cristo y de Dios? Lee Efesios 5:5


¿Qué comportamientos debemos hacer morir en nuestras vidas y por qué? Lee Colosenses 3:5




Es fascinante notar que dos veces Pablo compara la codicia con la idolatría. La gente practica la idolatría cuando adora, es decir, dedica su vida a algo que no es Dios, algo creado en vez de al Creador (Rom. 1:25). Codiciar, entonces, ¿podría ser desear algo que no deberíamos tener, y desearlo tanto que nuestro deseo por ello (antes que por el Señor) se convierta en el centro de nuestro corazón?


Un anatema en el campamento.


¿Qué había sucedido que hicieron los hijos de Israel que la ira de Jehová se encendió contra el pueblo? Lee Josué 7:1




¿El anatema confeso su pecado? Lee Josué 7:20-21


¿Cuáles fueron las graves consecuencias y juicios de Dios sobre Acán y su familia? Lee Josué 7:25-26




Piensa en la facilidad con la que Acán podría haber justificado sus acciones: “Bueno, es una cantidad tan pequeña en comparación con todo el resto del botín. Nadie lo sabrá, y ¿qué mal puede causar? Además, mi familia necesita el dinero”. ¿Cómo podemos protegernos de este tipo de racionalización peligrosa?


El corazón de Judas


Una de las historias más trágicas de la Biblia es la de Judas Iscariote. Este hombre tuvo un privilegio que solo han tenido otras once personas en toda la historia del mundo: haber estado con Jesús en persona todo ese tiempo y haber aprendido las verdades eternas directamente del Maestro. Qué triste es que muchos que nunca tuvieron nada ni remotamente parecido a las oportunidades que tuvo Judas se salvarán, mientras que ahora sabemos de Judas que está destinado a la destrucción eterna.


¿Qué pecado cometía Judas? Lee Juan 12:6




¿A cambio de que cosa o beneficio Judas quería entregar a Jesús? Lee Mateo 26:14-16




¿Qué le pasó a Judas? Después de tener tantas oportunidades maravillosas, tantos privilegios excepcionales, ¿por qué haría algo tan malo? Según Elena de White, Judas “amó al gran Maestro y deseó estar con él. Sintió un deseo de ser transformado en su carácter y su vida, y quiso experimentarlo relacionándose con Jesús. El Salvador no rechazó a Judas. Le dio un lugar entre los Doce. Le confió realizar la obra de un evangelista. Lo dotó de poder para sanar a los enfermos y expulsar a los demonios. Pero Judas no llegó al punto de entregarse por entero a Cristo” (DTG 664)


Ananías y Safira


¿Qué hicieron Ananías y Safira? Lee Hechos 5:1-2




¿Qué le dijo Pedro a Ananías sobre lo que hizo y sobre a quién realmente había mentido? Lee Hechos 5:3-4




¿Qué sucedió con Ananías después de mentirle a Dios? Lee Hechos 5:5-6




Al principio, parecían sinceros en su deseo de dar para la obra. Sin embargo, “más tarde, Ananías y Safira agraviaron al Espíritu Santo cediendo a sentimientos de codicia. Empezaron a lamentar su promesa, y pronto perdieron la dulce influencia de la bendición que había encendido sus corazones con el deseo de hacer grandes cosas en favor de la causa de Cristo” (HAp 60). En otras palabras, aunque habían comenzado con la mejor de las motivaciones, su codicia finalmente hizo que mostraran una fachada y pretendieran ser lo que en realidad no eran.


Cómo vencer la codicia


La codicia es un problema del corazón, y al igual que el orgullo y el egoísmo, a menudo pasa desapercibida; por eso puede ser tan mortal y engañosa. Ya es bastante difícil vencer los pecados que son obvios: la mentira, el adulterio, el robo, la idolatría, la transgresión del sábado.


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Busca las siguientes palabras del texto anterior sobre los pecados ocultos o internos: Codicia - Orgullo - Egoísmo.




¿Qué promesa nos hace Dios en su palabra sobre las tentaciones que enfrentamos? Lee 1 Corintios 10:13




Entonces, ¿cómo, con el poder de Dios, podemos estar protegidos contra este pecado peligrosamente engañoso?


1. Tomar la decisión de servir a Dios y depender de él, y de ser parte de su familia. “Elijan hoy a quién servir [...]; que yo y mi casa serviremos al Señor” (Jos. 24:15).


2. Orar diariamente e incluir Mateo 6:13: “No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos”. Cuando sientas codicia por algo que sabes que no deberías tener, ora por ello, reclamando las promesas de la Biblia para obtener la victoria, como 1 Corintios 10:13.


3. Estudiar la Biblia en forma regular. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Sal. 119:11).


Para estudiar y meditar


En la conquista de Jericó, Acán no fue el único que llevó plata y oro al campamento de Israel. Josué les había dicho que llevaran la plata y el oro y los utensilios de bronce y hierro al tesoro de la casa de Dios (Jos. 6:19, 24). Todo lo demás debía quemarse. Sin embargo, Acán fue el único que se quedó con algo. “Entre los millones de Israel, solo hubo un hombre que, en aquella hora solemne de triunfo y castigo, osó violar el mandamiento de Dios. La vista de aquel costoso manto babilónico despertó la codicia de Acán; y aun cuando esa prenda lo había puesto cara a cara con la muerte, lo llamó ‘un manto babilónico muy bueno’. Un pecado lo había llevado a cometer otro, y se adueñó del oro y la plata dedicados al tesoro del Señor; le robó a Dios parte de las primicias de la tierra de Canaán” (PP 529, 530).


“En los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero [codicia]” (2 Tim. 3:1, 2, NTV). El egoísmo y el amor al dinero son descripciones significativas de la humanidad en los últimos días, nuestros días.


** Algunos texto fueron extraídos de: Guía de Estudio de la Biblia (Lecciones de la Escuela Sabática) Edición para Adultos Enero a Marzo de 2023.



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