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El misterio del evangelio

“A aquel que es poderoso para hacer infinitamente más que todo cuanto pedimos o entendemos, por el poder que actúa en nosotros; a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones y por los siglos de los siglos. Amén” (Efesios 3:20, 21).




En Efesios 3, Pablo comienza con un tema que ya había mencionado anteriormente: “que los gentiles sean coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio” (Efesios 3:6)


Luego, el apóstol Pablo continúa con sus palabras inspiradas, mientras reflexiona sobre su pasión por predicar el evangelio de Jesús a los gentiles. También estudiamos acerca de las dificultades que imperaban en ese entonces para extender ese ministerio; dificultades que abarcan un período en una prisión romana.


Pablo: El apóstol a los gentiles, preso


En Efesios 3:1, Pablo se identifica como “prisionero de Cristo Jesús”; su forma de sostener que, si bien vive bajo cautiverio romano y aparentemente está bajo la autoridad del Imperio Romano, hay un propósito divino más profundo que se está llevando a cabo en su vida. ¡Él no es el prisionero de Roma sino “el prisionero de Cristo Jesús”! (comparar con Efesios 4:1).


¿Mientras Pablo estaba preso oraba a Dios por los efesios? Lee Efesios 3:1


¿Cuál era el misterio del evangelio revelado a los profetas y apostoles? Lee Efesios 3:5-6




¿Qué les pide el apóstol Pablo a los efesios mientras él está preso por predicar el evangelio? Lee Efesios 3:13




El misterio del evangelio por largo tiempo escondido


¿Quién revelo el misterio que le fue revelado a los profetas y apóstoles? Lee Efesio 3:5




¿Cómo se le dio a conocer el misterio a Pablo? Lee Efesios 3:3




La iglesia reveladora de la sabiduría de Dios


Pablo vuelve a afirmar que es un “ministro” por el “don de la gracia de Dios” (Efesios 3:7; comparar con Efe. 3:1, 2). Este don, como el evangelio mismo, no se otorga debido al valor que tenga el receptor, sino por la gracia de Dios. Pablo recalca este aspecto al describirse como “menos que el menor de todos los santos” (Efesios 3:8).


¿Cuál es el fin de dar a conocer el misterio que se mantuvo oculto en Dios? Lee Efesios 3:10




¿Gracias a quien podemos disfrutar de la libertad y confianza para acercarnos a Dios? Lee Efesios 3:12




Cristo habita en tu corazón


¿De quién toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra? Lee Efesios 3:14-15




¿Qué es necesario tener para que Cristo habite en nuestros corazones? Lee Efesios 3:17




¿Cuándo habite Cristo por la fe en vuestros corazones y seamos arraigados y cimentados en amor, seremos capaces de comprender la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo? Lee Efesios 3:17-19


Verdadero Verdadero

Falso Falso


Gloria en la iglesia y en Cristo Jesús


¿Quién es poderoso que puede hacer las cosas mejor de lo que pedimos? Lee Efesios 3:20




En Efesios, si bien Pablo está muy interesado en la iglesia, es evidente que Cristo es el Salvador de la iglesia, ya que es Cristo quien mora en el corazón de los creyentes (Efesios 3:17).


Cuando sintamos la presión de los problemas, las tentaciones o las dudas, podemos recurrir a este relato optimista de las oraciones de Pablo. (Efesios 3:20, 21) El apóstol encarcelado eleva nuestra visión al gran horizonte de los propósitos y la gracia de Dios, y nos recuerda que, al margen de nuestras circunstancias actuales, somos participantes del plan supremo de Dios (Efesios 1:9, 10), y que su poder obra en nosotros.


¿Pablo da Gloria en la iglesia a Cristo Jesús? Lee Efesios 3:21


Para estudiar y meditar


¿Cómo puede el Cielo mirarnos a nosotros, que hemos tenido todas las ventajas espirituales y temporales para que podamos crecer en la gracia, cuando no hemos aprovechado nuestras oportunidades? El apóstol no escribió estas palabras para atormentarnos, engañarnos ni generarnos expectativas, solo para chasquearnos con ellas en nuestra experiencia.


Escribió estas palabras para mostrarnos lo que podemos y debemos ser, si queremos ser herederos del Reino de Dios. ¿Cómo podemos ser colaboradores de Dios si tenemos una experiencia eclipsada? Tenemos conocimiento de los privilegios del cristiano, y debemos buscar ese profundo entendimiento espiritual en las cosas de Dios que el Señor ha deseado que tengamos.



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