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💼"Acumulen tesoros en el cielo"

Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Marcos 8:36-37




Jesús nos dio la mejor estrategia de inversión del mundo cuando dijo: “No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corroen, y los ladrones socavan y roban. Sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni polilla ni óxido corroen, ni ladrones destruyen ni roban” (Mat. 6:19, 20).


¿Quieres un corazón para el Reino de Dios? Si es así, entonces pon tu dinero donde recogerás recompensas eternas. Invierte tu tiempo, tu dinero y tu oración en la obra de Dios. Si lo haces, pronto te interesarás aún más en esta obra, y tu corazón también la seguirá. Esta semana repasaremos textos e ilustraciones que nos muestran cómo acumular tesoros en el cielo y, finalmente, cosechar una recompensa eterna.


Noé hallo gracia


¿Qué observo Dios que abundaba en la tierra y que sintió? Lee Genesis 6:5-6




¿Qué dice la biblia acerca de Noé? Lee Genesis 6:8-9




¿Qué le dijo Dios a Noé y que le pidió que hiciera? Lee Genesis 6:13-14




Vale la pena considerar que, a quienes buscan tesoros en el cielo, Dios los llama para hacer cambios importantes en su vida aquí, en la Tierra. Prepárate para enfrentar lo mismo, si es necesario. Noé podría haber invertido su tiempo y sus recursos para construir un hogar propio, pero eligió hacer un cambio drástico y pasar 120 años de esa vida siguiendo el llamado de Dios para construir el arca.


Mientras tanto, la Biblia también dice que la gente será escéptica con los acontecimientos del tiempo del fin, como lo fue con el Diluvio (ver 2 Ped.3:3–7). Entonces, ¿cómo podemos prepararnos para la destrucción venidera? Hay una decisión consciente llamada “gratificación diferida”. Básicamente, esto significa que debemos hacer con paciencia la obra que Dios nos ha llamado a hacer con la esperanza de una recompensa futura más gloriosa. No sabemos cuándo regresará Cristo. En cierto sentido, eso no importa. Lo que sí importa es que, como Noé, hagamos lo que Dios nos pide entretanto, aunque, como con Noé, eso implique algunos cambios radicales en la vida


Abram, padre de los fieles


¿Qué le pidió Dios a Abram y que le prometió si obedecía? Lee Genesis 12:1-2




Dios llamó a Abram para que dejara su tierra natal y su familia, y fuera a una tierra que él le mostraría. Así comenzó el linaje del Mesías. Aunque no se dan detalles, Abram tuvo que dejar su tierra natal y sus primeros años. Seguramente, no fue una decisión fácil, y sin duda renunció a algunos placeres y comodidades terrenales para hacerlo.


Este fue un gran evento que cambió la vida de Abram y su familia. “Por la fe Abraham, cuando fue llamado por Dios, obedeció para salir al lugar que había de recibir en herencia; y salió sin saber a dónde iba” (Heb. 11:8). “La obediencia incondicional de Abraham es una de las más notables evidencias de fe de toda la Sagrada Escritura” (PP 118).


¿Qué motivo a Abram a obedecer a Dios cuando le pidió salir de su parentela? Lee hebreos 11:8




¿Cómo vivió Abram y cuál era su esperanza? Lee Hebreos 11:9-10




A la mayoría no le causaría ilusión dejar su patria y a sus amigos y familiares. Pero Abram estuvo dispuesto a hacerlo. Abram estaba satisfecho de estar donde Dios quería que estuviera. Por extraño que parezca, Abram, Isaac y Jacob nunca recibieron esa tierra en vida; no obstante, permanecieron fieles a Dios de todos modos


Las malas decisiones de Lot


Cuando Abram dejó su tierra natal en respuesta al llamado de Dios, su sobrino Lot decidió acompañarlo en su peregrinaje. Génesis 13 registra que Dios bendijo a Abram hasta el punto en que “era riquísimo en ganado [la principal medida de riqueza en esa cultura], plata y oro” (Gén. 13:2). Lot también “tenía ovejas, vacas y tiendas” (Gén. 13:5). Ambos se hicieron tan ricos con sus extensos rebaños de ganado que no podían vivir juntos. Para evitar conflictos entre sus pastores, Abram le ofreció a Lot que eligiera dónde le gustaría vivir.


¿Cuál fue el lugar que Lot escogió para vivir? Lee Genesis 13:10-12




Por supuesto, Lot debería haber mostrado deferencia por Abram, por ser mayor que él y porque su prosperidad derivaba de su vínculo con él. Sin embargo, no mostró gratitud por su benefactor y egoístamente pidió lo que consideraba la mejor tierra disponible.


¿Qué sucede después con la ciudad de Sodoma y que hace Abram? Lee Genesis 18:20-23




Debido a la preocupación de Abraham por Lot y su familia, él negoció con Dios para salvar las ciudades, si se encontraban personas justas en ellas. Empezó con cincuenta y bajó a diez. En armonía con su carácter de amor, ¡Dios nunca dejó de conceder misericordia hasta que Abraham dejó de pedir! Dios y los dos ángeles liberaron personalmente a Lot, su esposa y sus dos hijas. Pero su esposa miró hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal. Lot entró en Sodoma siendo un hombre rico y salió casi con nada. Cuán cuidadosos debemos ser con el tipo de decisiones que tomamos, especialmente si solo pensamos en ganancias a corto plazo en contraste con el panorama general (ver Mar. 8:36, 37)


De engañador a príncipe


Si bien era un joven que amaba y temía a Dios, Jacob se inclinó a conspirar con su madre, Rebeca, para engañar al padre y obtener su bendición. Como consecuencia, inició su vida adulta por mal camino, teniendo que huir o, quizás, enfrentar una muerte prematura. Rebeca le dijo a Jacob: “Huye a Labán [...]. Quédate algún tiempo con él, hasta que se calme el enojo de tu hermano, hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti [...]. Entonces enviaré a traerte de allí” (Gén. 27:43-45). Jacob en realidad se fue por veinte años, y nunca volvió a ver el rostro de su madre.


¿Contra quién lucho Jacob y que petición hizo? Lee Genesis 32:24-28




Por su humillación, su arrepentimiento y la entrega de sí mismo, este pecador y extraviado mortal prevaleció ante la Majestad del Cielo. Se había asido con temblorosa mano de las promesas de Dios, y el corazón del Amor infinito no pudo desoír los ruegos del pecador.


“El error que había inducido a Jacob al pecado de alcanzar la primogenitura por medio de un engaño ahora le fue claramente manifestado. No había confiado en las promesas de Dios, sino que había tratado de hacer por su propio esfuerzo lo que Dios habría hecho a su tiempo y a su modo. [...] Jacob alcanzó la bendición que su alma había anhelado. Su pecado como suplantador y engañador había sido perdonado” (PP 197)


¿Qué lugar escogió Jacob para ser entierrado y porque escogió ese lugar? Lee Genesis 49:29-31




La Biblia nos informa que los tres patriarcas y sus esposas están enterrados en la misma cueva. La confianza de Jacob en Dios era fuerte, y se consideraba un extranjero y un peregrino en la Tierra (ver Heb. 11:13). A pesar de los errores, se fue de casa con nada, pero regresó a Canaán como un hombre rico.


Moisés en Egipto


Moisés se destacó durante los primeros años de la historia bíblica. La providencia divina le preservó la vida. Dios obró mediante una madre emprendedora y una hermana solícita. Cuando la hija del faraón encontró al bebé Moisés en la cesta de juncos le pidió a su madre hebrea que lo cuidara y le pagó por ello.


¡Qué bendito desafío para una joven madre exiliada y esclava! Jocabed tuvo solo doce años para enseñar a su hijo a orar, a confiar en Dios y a honrarlo, y moldear su carácter para una vida de servicio.


¿Qué otra instrucción aparte de la de Jocabed su madre recibió Moisés? Lee Hechos 7:22




Durante años, Moisés fue entrenado en las cortes reales de Egipto. “Moisés fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en palabras y hechos” (Hech. 7:22). Cuando Moisés maduró como hombre, tomó una decisión consciente que cambió su vida y el curso de la historia.


¿Moisés siendo un adulto prefirió las riquezas y gloria de los egipcios? Lee Hebreos 11:24-26


Egipto era una de las potencias más grandes del mundo antiguo en ese momento, si no la más grande. El río Nilo propiciaba una tierra tan fértil que Egipto, lleno de cosechas, era una nación rica y poderosa, y el mismo Moisés habría estado al frente de este reino. Es difícil imaginar cuán tentador debió haber sido para él el atractivo del mundo, el mundo de Egipto y todos sus tesoros, en sus primeros años. Seguramente, la adoración, los placeres, las riquezas, le habrán resultado tentadores. Sin duda, es probable que hubiese sido muy fácil justificar el hecho de quedarse en lugar de compartir su suerte con un grupo de esclavos despreciados.


Y sin embargo, ¿qué hizo? Como dice la Escritura, “eligió antes ser maltratado con el pueblo de Dios que gozar de los deleites temporales del pecado” (Heb. 11:25). Y ¿qué decir de las aflicciones? Una parte importante del libro de Éxodo trata de las luchas y las pruebas de Moisés, quien, incluso después de todo lo que pasó, no pudo cruzar a la Tierra Prometida (ver Núm. 20:12). Sin embargo, al final, todos sabemos que Moisés tomó la decisión correcta, aunque a veces debió haberse preguntado si realmente era así.


Para estudiar y reflexionar


A medida que transcurre nuestra vida, a veces nos sentimos inclinados a la riqueza y el ocio. Se necesita una fe fuerte para practicar la gratificación diferida. “El magnífico palacio de Faraón y el trono del monarca fueron ofrecidos a Moisés para seducirlo; pero él sabía que los placeres pecaminosos que hacen que los hombres se olviden de Dios imperaban en sus cortes señoriales. Vio más allá del esplendoroso palacio, más allá de la corona de un monarca, los altos honores que se otorgarán a los santos del Altísimo en un Reino que no tendrá mancha de pecado. Vio por fe una corona imperecedera que el Rey del Cielo colocará en la frente del vencedor. Esta fe lo indujo a apartarse de los señores de esta Tierra, y a unirse con la nación humilde, pobre y despreciada que había elegido obedecer a Dios antes que servir al pecado” (PP 252)


** Algunos texto fueron extraídos de: Guía de Estudio de la Biblia (Lecciones de la Escuela Sabática) Edición para Adultos Enero a Marzo de 2023.



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