El estrés afecta a todos. Las demandas
del trabajo, las crisis familiares, la culpa,
las inseguridades en cuanto al futuro,
la insatisfacción con el pasado, todo
eso provoca estrés. Esos hechos, sumados a los acontecimientos comunes
de la vida, pueden ejercer tanta presión
sobre las personas que terminan afectando
su salud física y mental. Los investigadores Thomas H. Holmes y Richard H. Rahe desarrollaron la
escala de clasificación del reajuste social, que relaciona
los eventos de la vida con los correspondientes valores del estrés, para cada uno: Muerte del cónyuge: 100; lesión corporal o enfermedad: 53; cambio de residencia: 20; etc. La persona que suma 200 puntos o más, en un determinado
tiempo, tiene 50% de posibilidades de enfermar; alguien que acumula 300 o más llegará a un punto
de crisis. Cantidades moderadas de estrés son necesarias para aumentar el desempeño, pero, más
allá de un punto, el estrés llega a ser un riesgo para la salud.
Jesús muestra, por precepto y ejemplo, que buscar a Dios en un momento y lugar tranquilos es
el mejor remedio para el estrés de la vida (Marcos 6:31 "Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer." ). Si se lo permitimos, el Señor nos ayudará a
enfrentar las presiones que son una parte inevitable de la vida aquí.
La experiencia del profeta Elías
¿Qué provisiones hizo Dios para la supervivencia de Elías durante el
largo período de sequía en Israel? Lee 1 Reyes 17:2-6
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1 Reyes 17:2-6 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: 3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. 5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
Elías debe haberse sentido muy cerca del Señor que cuidó de él personalmente. Él fue testigo de
los cuervos (aves normalmente desagradables) que vinieron dos veces por día para alimentarlo.
El milagro con la viuda de Sarepta
1 Reyes 17: 10-16 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.
¿La harina y el aceite se acabaron? Leer 1 Reyes 17: 16
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1 Reyes 17: 16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.
¿Qué milagro Dios realizo con el hijo de la viuda? Leer 1 Reyes 17:17-22
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1 Reyes 17:17-22 Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento. 18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo? 19 Él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. 20 Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? 21 Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. 22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.
¿El profeta Elías no tuvo problema ni complicaciones? Verdadero o Falso - Leer 1 Reyes 19:1-4
Verdadero
Falso
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1 Reyes 19:1-4 Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2 Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. 3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
¿En la cumbre del estrés que más enfrento Elías? Leer 1 Reyes 19:1-2 NTV
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1 Reyes 19:1-2 Cuando Acab llegó a su casa, le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, incluso la manera en que había matado a todos los profetas de Baal. 2 Entonces Jezabel le mandó este mensaje a Elías: «Que los dioses me hieran e incluso me maten si mañana a esta hora yo no te he matado, así como tú los mataste a ellos».
La vida de Elías estuvo repleta de intervenciones directas y divinas. Es difícil imaginar cómo alguien, después de todo eso, podría no confiar plenamente en el Señor. Sin embargo, poco después, Elías fue dominado por el desánimo.
Las palabras de angustia de Elías - 1 Reyes 19:4
1 Reyes 19:4 "Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres."
¿Cómo pudo ese hombre de Dios, después de haber sido testigo de una serie de milagros maravillosos, quedar en tal estado de desesperación? ¿Cómo pudo reaccionar al punto de pedirle a Dios
que le quitara la vida? ¡Piense en los milagros que él había visto y en los cuales hasta había estado
involucrado!
¿Cuántas veces usted hizo lo mismo?
¿Cuántas veces usted hizo lo mismo: olvidó la forma impresionante por la cual el Señor obró en su
favor en el pasado? ¿Por qué es importante, especialmente en los momentos de desesperación y
estrés, repasar los recuerdos de cómo Dios actuó en su vida anteriormente? ¿Por qué olvidamos tan
fácilmente lo que el Señor hizo por nosotros? ¿Cómo pueden ayudarla la alabanza y la adoración en
momentos difíciles?